Dicen que la curiosidad mató al gato, y yo que soy muy curiosa y si a eso le añadimos que mi princesa nació un 9 de noviembre como dice la canción de Cecilia del ramito de violetas, curioseando por ahí libros que tengo en mi biblioteca, que no es por presumir, pero es bastante importante ya que mi marido, mis hijos y yo hemos sido muy aficionados a la lectura, vi la siguiente historia y os la voy a contar, porqué aunque no seáis de Madrid pero estáis por aquí como yo, pues es interesante ir conociendo su historia.
Cuando los musulmanes invadieron la Península, un herrero escondió en el año 712, la imagen de una virgen dentro de un cubo en una de las murallas de Madrid para así evitar que fuera profanada y destruida. Cuando Alfonso VI conquistó Madrid, a pesar de los siglos que habían transcurrido, nadie la había olvidado.
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Tras nueve días de rezos y plegarias, se resquebrajó la muralla y apareció la imagen de la Virgen flanqueada por dos cirios que la habían alumbrado a lo largo de 374 años sin que se apagaran ¿?.... (hay creencias para todo).
Cuenta el cronista Jerónimo de Quintana que fue hallada junto a una casa que los árabes llamaban almud que traducido significa alhóndiga, lugar donde se guardaba el trigo, por ello las medidas de trigo se llamaban "almudes", por eso la imagen hallada tomó el nombre de la Almudena.
La imagen se trasladó a la vecina iglesia de Santa María, situada en la esquina de las calles Mayor y Bailén. Cuando esta iglesia fue derribada en 1868 para ensanchar la calle de Bailén, se construyó la catedral frente al Palacio Real y la dedicaron a la Virgen de la Almudena.
Otro día os contaré porqué existen rosquillas tontas y listas que imagino que todos las conoceréis.
Fuente: Los porqués de Madrid
Mª Isabel Gea Ortigas
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